Hay migas por toda la habitación
y yo soy una nueva chica cada noche,
que vomita sangre cada mañana.
En esta ciudad de cervezas caras,
todos los chicos se llaman Fede
pero de acá a seis meses
no recordaré el nombre de ninguno.
Mi mamá me dice
que habla conmigo todos los días
en charlas imaginarias.
No, en serio,
eso me dice, la muy hija de puta!
¿Cuán bizarro es que
la locura me haga sentir en casa?
Y si se pudiera morir de verguenza,
yo sería Dorian Gray.
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