jueves, 16 de diciembre de 2010

De lenguas extrañas

 Hace unos tiempos (y digo 'unos tiempos' porque no se sabe bien cuantos tiempos han pasado ni cuantos pasarán) escribo en una lengua nueva, mescla exotica de todas las lenguas que conozco y algunas que aún no. Lo hago porque mis circunstancias cambiaron. Por ahora no me apetece enfrentarlas.
 A veces esa lengua me traiciona: me confunde con sus sujetos y predicados y pasados tan indefinidos. Me hace sonar diferente de lo que soy, pasar malas impresiones y verguenzas que no merezco. Me trastorna y no puedo decir que no me gusta porque, al final, no soy yo la que acepta todos los desafíos?
 (No sé, seré yo?)

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