miércoles, 23 de febrero de 2011

No me pidas tener espacio para la memoria, cuando tengo tanto deseos adentro.

Es extraño morir y renacer en una misma noche, aunque con el tiempo te acostumbras a este ritual de bienvenida a los nuevos sueños, deseos y incertidumbres. Tenes que encontrarle el gancho, buscar hacerlo placentero y no doloroso.

Es increible como el foco de tu mente puede cambiar drasticamente (y aún así nadie quiere escuchar tus pensamientos), abandonar previas obsesiones. Me pregunto adonde van todos los deseos incumplidos y olvidados: se dejan tirados por el camino o se depositan en partes vacías de mi conciencia?
Porque siento que perdí la llave para varias de esas puertas, y no se lidiar con la idea de tener tantas cosas perdidas adentro a cuales nunca veré.

Es exasperante no saber que dirección tomar. Que decir. Que hacer. Adaptarse a un ambiente nuevo. Y sin embargo, es una aventura.

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