lunes, 31 de enero de 2011

Nunca, nunca.

Estoy cansada de mentiras.
Puedo engañar al mundo entero con ellas, pero nunca se vuelven realidad.

Y esta frustración es el peor sentimiento.

viernes, 28 de enero de 2011

El problema está adentro de tu cabeza (destruyendola lentamente)

Nadie es perfecto. La hija de mi vecina tiene un problema de tiroides. La gente por la calle comenta defectos ajenos. A mis conocidos les sobra un poco de vagancia y les falta un poco de madurez.

Pero no son solo ellos. Hay algo conmigo. No es que quiera ser perfecta, pero gustaría solucionarlo para evitar sentirme tan estúpida. Vea usted, Doctor, es que... El filtro que controla lo que pasa de mi mente a mi boca anda medio desregulado. Digo todo lo que quiero callar y callo todo lo que debería decir.

(Y desde cuando le pasa, me pregunta él.)

Desde siempre.

Lorem ipsum and all that crap

 De lejos te ves tan atractiva, tan desconocida. O puede ser que yo solo desee cosas nuevas (y nunca pueda conseguirlas). No es ese, al final, el instinto de todos los seres humanos? Poseer, conquistar, dejar marcas?
 De ahí en adelante todo es desesperación. El mundo quiere tener tu atención, yo quiero la completitud de tu ser. Siento ser un gran agujero negro, chupando y chupando, cuando en verdad soy una masa de energía a punto de explotar, incapaz de ser contenida o absorbida. Siempre intentando conseguir migajas. Frustración. 
 Pero cuando te pregunto 'porque no puedes ser mía, cariño?', no me respondes que nadie es de nadie. Susurras 'porque tu no te dejas tenerme.'

viernes, 21 de enero de 2011

Of these idiotic things that were torn from people in moments of desperation:

 Tienes cinco y ves como los adultos te mandan a dormir cuando quieren. No puedes entender los tonos que usan o porque se ríen de lo que dicen. Miras con tus ojitos inocentes como te incumben valores y objetivos que tú no escogiste. Como no tienes control de tu vida.
 Y lo quieres tener, por eso sueñas con un mundo donde ya eres grande y todo es fácil. Nadie ni nada surgen para interferir en tu vida perfecta. Maravillosos son tu empleo, tu pareja, tus hijos, dinero, control y felicidad. No hay nada que te falta. Porque así es la vida de los adultos.
 Cuando te mandan a dormir, sueñas con eso. Cuando te castigan, sueñas con eso. Consolas cada decepción con la ilusión de que falta poco, muy poco. Cada vez menos.

 El tiempo sigue su curso, inmutable por los mortales, y trae con él una infinidad de acciones y consecuencias sobre las cuales probablemente no tuviste poder de opción. Te sientes frágil, minúsculo. Empiezas a hacer todo lo posible - y lo que crees imposible - para cambiar la situación, para tener parte en tu propia vida. No es necesario decir que te frustras un poco. Cada vez más.
  Distribuyes culpa como comida para los hambrientos. Culpas aquellos cuyas acciones interfieren en tu vida, a todos los adultos, engañandote con su forma de mostrar el mundo, a tus lazos más próximos. Tardas en darte cuenta de que librarte de la responsabilidad o exigir cosas que en verdad nunca estuvieron al alcance no son soluciones para tu problema.

 Años han pasado sin una respuesta y todo ahora parece en vano. Toda y cualquier dirección que decidas tomar parece desestimulante. Te has quitado los velos de la infancia que nublaban tu visión, y sabes que eres todo menos libre. La nueva visión te ciega por instantes - ya decía Plato -, deseas los velos otra vez más, sabes que es casi demasiado tarde, casi hora de decidir de qué modo enfrentar lo que sea que puedas ver ahora.
  Y escoges enfrentar. Juntar fuerzas y seguir adelante, tomando lo que te puedan dar y dando todo lo que el mundo pueda tomar - no más. Dejar atrás pero no olvidar, y todas esas cosas que en teoría funcionan pero en la realidad cuestan esfuerzo.
  Tienes un largo camino en adelante, una lucha por control. No de tu vida y sus altercados - ya sabes bien que no puedes controlar nada en su totalidad - sino de tus acciones o decisiones. Porque nada viene, se va o se queda sin sacrificios. Y tú has decidido que quieres que quede de ti en este mundo y cuanto estás dispuesto a sacrificar.

domingo, 16 de enero de 2011

dos fragmentos

arde
la bilis que sube por mi laringe, faringe
quema mi boca
alivia mi alma.


llueve
el cielo no llora
suda
asfixiandose en los gases
que suben y lo abren al medio.

Fighter

Hoy me desvelé. Y, por un instante, se desvelaron todas mis angustias y aflicciones. Pude ver como se repetían noches de susurros y llanto. Estuve a punto, tan cerca, tan cerca, casi cedí. Creí que iba a ser otra noche igual, otra más.
Sin embargo, me recompuse. Me sigue sorprendiendo mi capacidad de encontrar fuerzas en mi misma. De sentarme en la cama y pensar en una solución, pensar en progresar, dejar los lamentos a un lado.
Y, corriendo el riesgo de sonar cliché, me siento tan fuerte en estos momentos. Una y otra vez, levantándome sola del piso. Soy una maldita luchadora.

miércoles, 5 de enero de 2011

Que lastima.

Hay cosas en la vida que son una verdadera lastima. Que lastima, por ejemplo, la gente que convive conmigo y no tiene la minima intención ni hace el minimo esfuerzo para conocerme. Una pena, pues se pierden lo mejor de mi y tienen solo lo peor.

lunes, 3 de enero de 2011

"¿Y para que?"

La pregunta que siempre vuelve a mi cabeza, por más desesperado que sea el metodo para bloquearla.
Tengo que confesar que muchas veces culpo a otros por ella. Tengo que confesar que no debería (recordad que estamos todos solos, que no podemos contar con nadie ¿Porque sigo insistiendo en creer esas mentiras, de que estamos destinados a tener alguien, a tener una mitad?).

Blá, blá, blá.

Se supone que soy inteligente! Y no me puedo controlar. En la batalla entre el impulso y la lógica, salgo tirando sarcasmos y ironias amargos por doquier hasta que todos se cansan de luchar esta doble batalla: yo vs. yo vs. mundo.