de repente me agarraste con la guardia baja
mientras acariciaba la mesa de tu living room
y solo sentí el golpe cuando ya era muy tarde,
tumbada y con las entrañas abiertas, aún inquieta,
derramando sangre y secretos en tu piso de madera
dos minutos antes, en ese entonces percibiste
que no te prestaba atención, me preguntabas
algo sobre la teoría de las ventajas absolutas,
y yo te respondía que solo había una, subjetiva,
mientras me escondía de tus ojos inquisitorios
creo que intentaba desconcentrarme lo suficiente
como para conseguir el desdoblamiento astral
éramos solo tú y yo y el tamborileo mis dedos,
pero yo soy dos: una en teoría, en práctica, otra
y tal vez puedas limpiar la sangre, cambiar el piso,
pero mis desahogos te seguirán para siempre
miércoles, 29 de junio de 2011
sábado, 25 de junio de 2011
los fragmentos atacan nuevamente
i.
'Quieta, quietita.
Carita de inocente',
y otras cosas.
Forros. Tonta.
Conjunto vacío.
Mentiras, mentiras,
fatiga emocional,
y otras excusas.
Impulso. Catástrofe.
Mi anti-musa.
ii.
Hoy, la máscara no se despega,
por más que uno tire de ella,
por más que reze, llore, o intente
algún tipo de psicología reversa.
La reina de los imbeciles.
Esa soy yo. Me gané el puesto.
Rodeada de ellos, infectada,
convertida, auto-proclamada.
Que nadie se engañe,
yo me lo merezco.
'Quieta, quietita.
Carita de inocente',
y otras cosas.
Forros. Tonta.
Conjunto vacío.
Mentiras, mentiras,
fatiga emocional,
y otras excusas.
Impulso. Catástrofe.
Mi anti-musa.
ii.
Hoy, la máscara no se despega,
por más que uno tire de ella,
por más que reze, llore, o intente
algún tipo de psicología reversa.
La reina de los imbeciles.
Esa soy yo. Me gané el puesto.
Rodeada de ellos, infectada,
convertida, auto-proclamada.
Que nadie se engañe,
yo me lo merezco.
miércoles, 22 de junio de 2011
siento como el azúcar en mi sangre se transforma en miedo al diabetes
Hace cien horas que no duermo.
Diría que ya no puedo distinguir la realidad
de mis alucinaciones, pero sería mentira.
Los dos sabemos que nunca pude.
Sigo sin deseos de cerrar un ojo.
Mentira, otra vez. Deseo cerrarlos en
un sueño eterno hecho de paz y silencio.
No puedo dejarme ir, o hacerme estar.
La incoherencia, el miedo, las palabras
que nadie quiere escuchar, la intolerancia,
la inseguridad como estrategia de control.
No se si algún día podré volver a dormir.
Diría que ya no puedo distinguir la realidad
de mis alucinaciones, pero sería mentira.
Los dos sabemos que nunca pude.
Sigo sin deseos de cerrar un ojo.
Mentira, otra vez. Deseo cerrarlos en
un sueño eterno hecho de paz y silencio.
No puedo dejarme ir, o hacerme estar.
La incoherencia, el miedo, las palabras
que nadie quiere escuchar, la intolerancia,
la inseguridad como estrategia de control.
No se si algún día podré volver a dormir.
domingo, 19 de junio de 2011
vuelvo a casa pero no a mi hogar
masoquista,
gritas que la felicidad es aburrida
y pedis verdades que te abofeteen
la cara manchada, burlona, atrevida
perra,
queres un amor que te revuelva el mundo
pero no te abris entera para que te devoren
el alma y te la devuelvan, escupida entre tus ojos
resintiendo,
a veces más, a veces menos,
nunca renaciendo, o transcendiendo
el monotono porvenir que es el dolor
gritas que la felicidad es aburrida
y pedis verdades que te abofeteen
la cara manchada, burlona, atrevida
perra,
queres un amor que te revuelva el mundo
pero no te abris entera para que te devoren
el alma y te la devuelvan, escupida entre tus ojos
resintiendo,
a veces más, a veces menos,
nunca renaciendo, o transcendiendo
el monotono porvenir que es el dolor
jueves, 16 de junio de 2011
for the hormonal mess, an alcoholic logic
conjunto de mecanismos de defensa
inválidos cuando caen en desuso
se transforman en mi propia ratonera
y mi lamento, en el de un recluso
tumbada, embalada por verguenza
como sudor de una batalla perdida
se ha desgarrado una vez más
la herida que acompaña mi vida
y quien ha de arrojar la primera piedra
tratar con prepotencia errores y humanos
si la carne es débil, la mente, terca,
y mi alma más manchada con los años
inválidos cuando caen en desuso
se transforman en mi propia ratonera
y mi lamento, en el de un recluso
tumbada, embalada por verguenza
como sudor de una batalla perdida
se ha desgarrado una vez más
la herida que acompaña mi vida
y quien ha de arrojar la primera piedra
tratar con prepotencia errores y humanos
si la carne es débil, la mente, terca,
y mi alma más manchada con los años
domingo, 12 de junio de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)